Con la llegada del frío y la sequedad del ambiente, es frecuente que aumenten los brotes. Lo que debemos hacer es ayudar a paliar y reducir sus síntomas.
Consejos:
Baños de agua salada: se han de evitar los geles de baño y champús que contengan componentes ácidos y agresivos para la piel. Utilizar cremas hidratantes: antiinflamatorias, antisépticas y reepitalizantes. Vestir con ropa amplia y con materiales orgánicos. Tomar el sol: siempre en las horas de sol menos intensas.